Jerry Bruckheimer no para. A la espera del estreno de la cuarta parte de los famosos piratas del Caribe, éste año que termina ha apostado por dos películas, y como no puede ser de otra forma en el, ambas han sido superproducciones espectaculares y ninguna de ellas inspirada en una idea original. Este verano llegó El aprendiz de brujo, con Nicholas Cage, que se basa en uno de los momentos más recordados de Fantasía. Pero antes, Jake Gyllehaal encabezó el cartel de "Prince of Persia: Las arenas del tiempo", que ha dirigido Mike Newell (Harry Potter y El Cáliz de Fuego). Más de 150 millones de dólares de presupuesto, rodaje internacional y reparto de lujo para una adaptación de una colección de populares videojuegos que debutó hace 20 años.
El blockbuster que nos ocupa a continuación está basado nimiamente en la idea original de un videojuego mítico creado por Jordan Mechner en 1989. La película nos relata como Dastan, un intrépido granuja, se convierte por la gracia de un rey en príncipe de Persia. Tras unos años, el rey le brinda una muy alta estima al bueno de Dastan, y le educa en la compresión, el valor y la honradez, para no entrar en guerra con el primero que aparezca, pero todo se tuerce cuando su padrastro rey muere asesinado frente a todo el pueblo y el es culpado de su asesinato, lo que lleva a una encrucijada y mil aventuras, con tal de demostrar su inocencia y dejar claro que todo fue un ardid de su tío Nizam para hacerse con la daga que es capaz de desatar las arenas del tiempo y controlar el tiempo a su voluntad.
La película es una sucesión de escenas de acción espectaculares como en todas las producciones del señor Bruckheimer, con una factura impecable, un diseño de producción sobrecogedor, unos paisajes bellísimos y cada una de las set-pieces que se van sucediendo como una tormenta de arena, a cada cual más trepidante. Jake Gyllenhaal convence en su papel de este "aladin" mazado, saltimbanqui y con melenita, pero en algunos momentos adolece de falta de garra y carisma, cosa que le puede lastrar para próximas secuelas, la bellísima Gemma Arterton es todo un acierto como contrapunto humorístico y femenino a la trama que tan bien se implementa en el guión, como siempre magnífico Sir Ben Kingsley en su rol de malo malísimo, aunque tal vez esté un poco desaprovechado y se le hubiese podido sacar algo más de jugo a su personaje, Alfred Molina como un truhan de poca monta que odia los impuestos y nos brinda los mejores momentos cómicos de la cinta. En general, un espectáculo mayúsculo, para todos los públicos, al que no hay que pedir más de lo que es, un taquillazo para las masas ávidas de acción, aventura y chicos y chicas cañón para alegrarse la vista. Película muy recomendable como divertimento y para pasar un buen rato con una aventura que mezcla la momia, aladin de disney, el videojuego original y toda la maestría de Jerry Bruckheimer para darnos un film sobresaliente en su factura y endeble en su guión. Una nueva franquicia nos espera.
El blockbuster que nos ocupa a continuación está basado nimiamente en la idea original de un videojuego mítico creado por Jordan Mechner en 1989. La película nos relata como Dastan, un intrépido granuja, se convierte por la gracia de un rey en príncipe de Persia. Tras unos años, el rey le brinda una muy alta estima al bueno de Dastan, y le educa en la compresión, el valor y la honradez, para no entrar en guerra con el primero que aparezca, pero todo se tuerce cuando su padrastro rey muere asesinado frente a todo el pueblo y el es culpado de su asesinato, lo que lleva a una encrucijada y mil aventuras, con tal de demostrar su inocencia y dejar claro que todo fue un ardid de su tío Nizam para hacerse con la daga que es capaz de desatar las arenas del tiempo y controlar el tiempo a su voluntad.
La película es una sucesión de escenas de acción espectaculares como en todas las producciones del señor Bruckheimer, con una factura impecable, un diseño de producción sobrecogedor, unos paisajes bellísimos y cada una de las set-pieces que se van sucediendo como una tormenta de arena, a cada cual más trepidante. Jake Gyllenhaal convence en su papel de este "aladin" mazado, saltimbanqui y con melenita, pero en algunos momentos adolece de falta de garra y carisma, cosa que le puede lastrar para próximas secuelas, la bellísima Gemma Arterton es todo un acierto como contrapunto humorístico y femenino a la trama que tan bien se implementa en el guión, como siempre magnífico Sir Ben Kingsley en su rol de malo malísimo, aunque tal vez esté un poco desaprovechado y se le hubiese podido sacar algo más de jugo a su personaje, Alfred Molina como un truhan de poca monta que odia los impuestos y nos brinda los mejores momentos cómicos de la cinta. En general, un espectáculo mayúsculo, para todos los públicos, al que no hay que pedir más de lo que es, un taquillazo para las masas ávidas de acción, aventura y chicos y chicas cañón para alegrarse la vista. Película muy recomendable como divertimento y para pasar un buen rato con una aventura que mezcla la momia, aladin de disney, el videojuego original y toda la maestría de Jerry Bruckheimer para darnos un film sobresaliente en su factura y endeble en su guión. Una nueva franquicia nos espera.
Íñigo
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