jueves, 15 de septiembre de 2011

MUERE CLIFF ROBERTSON

Ha habido un Cliff Robertson diferente para cada generación gracias a su medio siglo de carrera. Los mayores aún recordarán su debut en Picnic en 1955. Otros verán su rostro y rememorarán cómo encarnó al teniente John Fitzgerald Kennedy en 1963 en Patrullero PT 109 -le escogió el mismísimo JFK para el papel-. Los cinéfilos alabarán su papel protagonista en Charly, con el que ganó el Oscar, en la que encarnó a un hombre con el coeficiente intelectual de un niño de 5 años al que un experimento le convierte en genio... antes de sufrir un inexorable y doloroso descenso a su estado mental inicial. Los más jóvenes tendrán aún presente su aparición en los tres Spiderman del siglo XXI, donde encarnó a Ben Parker, el tío de Peter, al que le dedicó el famoso discurso de "todo poder conlleva una gran responsabilidad". El sábado ya solo queda un Robertson, el del cine, porque el de carne y hueso falleció en su casa de Water Mill (Nueva York) a los 88 años.

Clifford Parker Robertson III nació el 9 de septiembre de 1923 -ha fallecido al día siguiente de su cumpleaños- en Los Ángeles (California). Sus padres se divorciaron cuando él tenía un año y su madre se murió justo después: su abuela materna y una tía se hicieron cargo de su crianza y Robertson nunca se sintió cómodo en compañía de su padre. En el instituto descubrió el placer de la actuación y comenzó a participar en obras escolares, aunque también le motivaba que los ensayos le permitían saltarse otras clases. Sin embargo, en la Universidad -fue al Antioch College en Ohio- le atrajo más la posibilidad de convertirse en periodista radiofónico (trabajó en una radio y en un periódico local), antes de que el decano de su facultad le empujara a volver a la actuación.

En Nueva York entró en el Actors Studio, y su talento, su imponente presencia y su voz le hicieron conseguir pronto papeles. En teatro su aparición en un montaje de Mr. Roberts (1950) hizo que Broadway le abriera sus puertas. Como muchos intérpretes de su generación, Robertson actuó en diversos programas de televisión, antes de que le llegará su gran oportunidad (llegó a ganar un Emmy en 1966). Cuando trabajó en la obra The Wisteria trees, de Joshua Logan, el mismo Logan intuyó sus posibilidades y le contrató para Picnic, su bautismo en el celuloide, una carrera de la que nunca estuvo enormemente orgulloso: "Nadie ha hecho más filmes mediocres que yo", contaba en 1972 a The New York Times. Además, Robertson fue muy crítico con la industria cinematográfica, lo que no le hizo ganar muchos puntos en Hollywood.
Durante estos 50 años su nombre ha aparecido en todo tipo de películas: Hojas de otoño (1956), Patrullero PT 109 (1963) -en la que encarnaba a un joven JFK de misión en la II Guerra Mundial-, The best man (1964), Mujeres en Venecia (1967), La brigada del diablo (1968), Comando en el mar de China (1970), Los ases del cielo (1973), Los tres días del cóndor (1975), La batalla de Midway (1976), Fascinación (1976), Star 80 (1983), La fuerza del valor (1991), Un poeta entre reclutas (1993), 2013: rescate en L. A. (1996) y los tres Spiderman de Sam Raimi. Por supuesto, todas estas actuaciones las combinó con televisión y por eso trabajó en series como Falcon Crest o Batman. 
Para Robertson, como para los críticos, su mejor papel fue el de Charly, un guion que él mismo reescribió con talento; por eso le dolió que su debut como director en J. W. Coop (1971), con otro guion reescrito por él, fuera un fracaso. Hombre de férreas convicciones, durante 10 años fue el portavoz de AT&T, hasta que un día rehusó hablar en una junta de accionistas en mitad de una huelga de trabajadores de la empresa. Esos ideales le hicieron rechazar películas como Harry, el sucio, que le hubieran hecho más popular, pero seguramente menos feliz.
Fuente: El País

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