jueves, 18 de agosto de 2011

RONDA DE BREVES...

Pandorum (Christian Alvart, 2009)

El argumento de Pandorum nos sitúa en el año 2174. La Tierra está superpoblada y los recursos naturales se extinguen. Solo hay un modo de evitar el fin de la raza humana: construir una gigantesca nave, la Eliseo, y enviarla a un planeta deshabitado llamado Tanis. 60.000 voluntarios seleccionados viajarán hibernados en la nave hacía ese recóndito lugar, cuyas condiciones de vida son idénticas a las de la Tierra. Coproducida por el realizador Paul W. Anderson, Pandorum es una discreta y convencional película que mezcla aceptablemente la ciencia ficción, la aventura y el terror mediante una insaciable política referencial que incluye títulos como Alien, el octavo pasajero; Horizonte final (del propio Anderson) o The Descent, de Neil Marshall. Potente en el apartado visual, climática y (demasiado) oscura, se beneficia de un portentoso diseño de producción, así como de unos estupendos efectos especiales de maquillaje responsabilidad de The Stan Winston Studio. Lástima que el director alemán Christian Alvart, quien debutó en Hollywood con la también rutinaria y mil veces vista Expediente 39 (2007), se dedique a imprimir una estética muy de videojuego empleando una mareante puesta en escena (sobre todo para las escenas de acción), en aras, supongo, de vitaminizar una historia no demasiado convincente y confusa que alcanza sus momentos más bajos en lo relativo a los problemas psicológicos que afectan al teniente Payton (Dennis Quaid). En todo caso, su falta de pretensiones y lo aterrador y grotesco del diseño de las criaturas mutantes redimen un tanto el resultado final de la película, pudiendo complacer, en el mejor de los casos, a un atento y digno visionado.


NEDS (Peter Mullan, 2010)

Melodrama duro y realista, Neds (No Educados y Delincuentes) es la tercera cinta como director del estupendo actor escocés Peter Mullan tras la estimable Huérfanos (1997) y la muy notable Las hermanas de la Magdalena (2002). La acción de la película acontece en la ciudad de Glasgow en 1973 y narra la historia del joven John McGill, un chico humilde, sensible e inteligente que será víctima de un entorno desolador. Su padre es un tipo violento, sumido en el alcoholismo, mientras que su hermano mayor, Benny, dedicado a la delincuencia, supone una influencia del todo negativa. La película reivindica no solo la necesidad de una educación dentro del núcleo familiar, sino de igual manera, la calidad educativa del sistema institucional como arma de progreso y salvaguarda generacional. La ausencia de ambos preceptos impone una realidad que absorbe al personaje y lo aboca inexorablemente a la violencia. De esta manera, McGill decidirá seguir los pasos de su hermano y dejarse llevar por la corriente de rabia y destrucción que inunda su contexto inmediato y que ahoga cualquier atisbo de esperanza. Quizás sea ese cambio tan radical en la conducta del joven, al menos en su explicación/justificación, lo más criticado del film, al resultar poco creíble. No obstante, en mi opinión, este punto puede ser discutible y referir a un hecho muy menor en relación a un conjunto equilibrado y bien estructurado narrativamente. La imágenes tienen fuerza, y las situaciones, llenas de violencia tanto física como moral, están magníficamente retratadas por Mullan, haciendo partícipe al espectador, implicándolo. Aunando compromiso y entretenimiento, Neds es pura crónica social en la mejor línea del (sub)género.
La película ganó la Concha de Oro en el pasado Festival de San Sebastián. Connor McCarron, el protagonista, se alzo con el premio a la mejor interpretación masculina.


Truco o trato: Terror en Halloween (Trick 'r Treat, Michael Dougherty, 2007)

A pesar de haber sido aplaudida con unanimidad en cada uno de los festivales de cine fantástico en los que se programó, Truco o trato se estrenó entre nosotros directamente en DVD. La película cuenta varias historias -narradas con un delicioso aroma clásico- que se superponen entre sí, que avanzan hacia delante y hacia atrás, pero siempre en un único marco espacio-temporal: la Noche de Halloween de un pequeño pueblo norteamericano. Este planteamiento resulta todo un triunfo gracias a la trabajada estructura argumental que enriquece el guión de Michael Dougherty, aquí también -y por primera vez- director. Dougherty, que se presenta bajo el auspicio del ínclito Bryan Singer, revela un dominio sorprendente de la puesta en escena y una gran capacidad para crear atmósferas, apoyándose, eso sí, en la impresionante fotografía de Glen MacPherson y en el soberbio diseño de producción a cargo de Mark S. Freeborn. Los actores Anna Paquin, Brian Cox y Dylan Baker figuran entre el reparto de estos cuatro relatos, estupendo maridaje entre el terror y ese humor ácido, irónico y negrísimo que redondea el resultado final. Vampirismo, licantropía, asesinatos, espíritus… Una gozada para el aficionado al género.

Harmonica

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