F.I.S.T. Símbolo de fuerza (F.I.S.T, 1978), de Norman Jewison
(I) A modo de introducción: Los inicios de Stallone...
“Chico, no tienes futuro en esto, abandona”, esta era una de las frases que más repetían los profesores de interpretación a un joven alumno llamado Michael Sylvester Gardenzio Stallone. Quizás otros hubieran renunciado antes, pero Stallone persiguió su sueño hasta el final. Hijo de un peluquero italiano, Sly fue un americano marginal en uno de los barrios más pobres de Filadelfia. En la escuela se burlaban de él llamándole “Silvie” porque era delgado y remilgado como una chica. A la edad de 15 años ya había comenzado a levantar pesas. Por aquel entonces asistía al instituto Deveraux, especializado en chicos emocionalmente perturbados. Allí se aficionó a la esgrima, el boxeo y el futbol americano. Tras graduarse, obtuvo una beca deportiva por la Universidad Americana de Suiza. Durante su estancia, se convirtió en un entrenador deportivo y se atrevió a protagonizar una producción teatral académica de la obra de Arthur Miller “Death of a Salesman”. La experiencia le gustó y así fue como se decidió a matricularse en la escuela de arte dramático de la Universidad de Miami, donde estuvo de 1967 a 1969.
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Bananas (Woody Allen, 1971) |
Comenzó su carrera profesional interpretativa en producciones teatrales (shows off-Broadway), para posteriormente debutar en el cine, en 1970, con una película pornográfica (1). En ese mismo año participa en un extraño e inencontrable thriller de ínfimo presupuesto titulado No hay lugar para esconderse, de Robert Allen Schnitzer. Al año siguiente interviene como extra en una escena del notable thriller Klute (protagonizado por Donald Sutherland y Jane Fonda) de Alan J. Pakula , y aparece en una secuencia (la escena del metro) en la comedia Bananas, de Woody Allen. Sin embargo, el aparente y tímido comienzo de una posible carrera cinematográfica se paralizó bruscamente para el joven actor, fueron tiempos en que no le requerían ni para una simple figuración. Sylvester tuvo que aceptar diversos trabajos alternativos, desde pizzero hasta limpiador de jaulas de un Zoo, pasando por acomodador de cine. Durante este aciago período se volcó en la escritura de guiones. Escribió multitud de guiones que firmó bajo varios seudónimos como J.J. Deadlock o Q. Moonblood. En 1973 pasó por casi todos los castings de la ciudad, pero tuvo poco éxito. Al fin, en el 74, se le presentó una oportunidad de cierta relevancia al conseguir uno de los papeles protagonistas en la cinta nostálgica Días felices, dirigida por Martin Davidson y Stephen Verona. Film que además supuso su primera acreditación como guionista, concretamente en el ámbito de “diálogos adicionales". La película de Davidson y Verona consiguió un aceptable éxito comercial que le permitió a Stallone obtener diversos papeles en cine y televisión.
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Capone (Steve Carver, 1975) |
En 1975 el incombustible Roger Corman (“el rey de la Serie B”) se fija en él para protagonizar, junto al malogrado David Carradine, la psicotrónica La carrera de la muerte del año 2000, de Paul Bartel; aparece brevemente en la comedia de Melvin Frank El prisionero de la Segunda Avenida; se apunta al cinema retro de los setenta con Adios muñeca de Dick Richards y Capone, de Steve Carver. En televisión interviene en dos series de corte policiaco, la inédita en nuestro país Police Story (1973-1977) y la mítica Kojak (1973-1978), en ésta última (interpretada por el genial Telly Savalas) es un Detective llamado Rick Daly en el capítulo titulado Mi hermano, mi enemigo. A continuación es requerido para filmar un par de secuencias en la reivindicable producción Mandingo del gran Richard Fleischer. En el film, que llega a estrenarse a principios del año 76, no hay ni rastro de esas secuencias, han sido borradas en el montaje final. Al mismo tiempo, el futuro intérprete de John Rambo vuelve a la figuración sin acreditar en Cannonball, dirigida por el ya conocido Paul Bartel. De nuevo parecía que el rumbo se torcía, pero solo era en apariencia, 1976 iba a ser el año de Stallone y, supongo, que a estas alturas, ya sabéis el porqué.
Cuenta la leyenda (¿porqué no creerla?) que Stallone escribió el guión de Rocky enteramente a mano y en tan solo tres días, inspirado en un combate en el que un desconocido púgil (Chuck Wepner) vencía contra todo pronóstico al mítico Muhammad Alí. Por primera vez, varios productores se interesaron por el libreto. Era un guión bien escrito, tenía fuerza. Se empezaron a barajar varios nombres que pusieran rostro a ese desconocido boxeador que alcanza la gloria: Burt Reynolds, Ryan Oneill, Paul Newman, Robert Redford… Stallone se negó en rotundo, él tenía que ser el protagonista, había concebido un personaje hecho a su medida, la historia de Rocky era la historia de su propia vida (2). Finalmente fueron Irwin Winkler y Robert Chartoff (para Winkler-Chartoff Productions) los que aceptaron la osada propuesta del actor y guionista. En verdad, nadie en Hollywood pensó que Rocky llegara a triunfar. La película tuvo un exiguo presupuesto cifrado en apenas un millón de dólares, por lo que fue instantáneamente clasificada en la Serie B. Por su parte, Stallone renunció a cualquier sueldo, reservándose una participación de los beneficios del 10%. Rocky acabó su carrera comercial acumulando más de 140 millones de dólares. El film obtuvo 10 nominaciones en los premios Oscar, consiguiendo tres estatuillas, entre ellas a la mejor película (aquí podéis ver a Jack Nicholson anunciando a Rocky como Mejor Película de 1976). De pronto, Stallone se situó en la cumbre. Había nacido una estrella.
Los ejecutivos de la United Artist, que se habían encargado de la distribución de Rocky, querían ver a la nueva estrella en una gran producción. Era el origen de FIST, Símbolo de fuerza. Continuará...
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(1) Se trató del film The party at Kitty and Stud´s de Lewis Morton que, no obstante, firma el film bajo el nombre de Roger Colmont. Stallone cobró 200 $ por su participación en una película que tras el éxito de Rocky fue (re)bautizada oportunistamente con el título de Italian Stallion (El semental italiano).
(2) Recientemente Stallone declaró lo siguiente: “yo sabía que esa película era mi gran oportunidad, si se hubiera hecho sin mí y hubiera sido un éxito, no me habría quedado otro remedio que arrojarme a las vías del tren. Mi vida habría estado acabada”.